lunes, 10 de agosto de 2009

Masturbación sin elección

El calor aprieta, aunque hayan bajado las temperaturas, la gente se despelota, las playas se llenan y las piscinas se abarrotan. En medio de todo esto, uno (oséase yo) se queda solo en casa y sin tiempo para encontrar un “amor” con el que poder fornicar sin sentir que me traiciono a mí mismo. Conclusión: “¡Otra gallola! ¡Por favor!”

Cristo Rodríguez

Después de tres semanas con mi hermano en casa, durmiendo en mi cuarto, ayer me encontré (¿Por fin?) con todo el cubículo de 5 metros cuadrados, que representa mi habitación, solo para mí. Sólo ante MI soledad, y después de algo más de un mes sin sexo y más de tres semanas sin masturbarme, me encontré, delante de MI iMac, revisando MIS películas pornográficas, para decidir cuál de ellas era la elegida para liberar a MIS testículos de tanta carga. Todo muy MI, quizá demasiado y tristemente MI.
Después de la primera semana sin sexo, la verdad es que ya no lo echaba de menos, pero tras el contacto de ayer mi imaginación se disparó. Ahora no paro de pensar en un pene grande y erecto delante de mis narices. Es como si, con una simple paja, se hubiese reactivado en mí toda la pulsión sexual callada durante años.

Ante esta encrucijada ¿Qué hacer? ¿Me mantengo fiel a mis principios (nuevos, por otra parte) de no acostarme con nadie por el simple hecho de satisfacer una necesidad fisiológica? O bien, ¿Me mantengo fiel a los principios del antiguo yo que lucha por volver a tomar su posición en la atalaya del “amor”?
En esa encrucijada estoy y, para colmo, ayer me encontré con un “amigo-Messenger” mientras esperaba, en gran vía, a una amiga para cenar. El chico en cuestión es un bello bailarín de 21 añitos, súper mono, súper fashion, súper caliente y súper pasivo con el que el año pasado estuve pelando la pava sin llegar, nunca, a la segunda base. ¡Niñatos! Pues, tras vernos anoche, y con el calentón que llevo, hemos comenzado a mensajearnos... ¿En qué terminará todo? ¿Polvo o paja?
Por otro lado el señor “R” apareció, telefónicamente, de nuevo en mi vida la pasada semana, amenazando con una nueva cita y con un culito depilado sólo para mí...
Además, últimamente debo estar más guapo que nunca, desprender algún tipo de hormona que antes no tenía o, simplemente, la gente está más salida. El caso es que, cada vez que voy por la calle, multitud de tíos buenorros, que antes ni se percataban de mi existencia, me miran ¡Y hasta se giran para seguir mirándome...!
Con todas estas señales ¿Puede uno resistirse al simple y llano casquete rápido?
Mi mente se confunde, debe ser el calor, si bien aseguraba en uno de mis anteriores post que en Madrid no se folla. Ahora creo que en Madrid no se folla, pero se puede llegar a follar. Sólo hay que dejar que agosto siga su curso y continúe calentando el ambiente.
Con un par de grados más y un poco de tela menos seguro que no termino agosto sin sexo. Y si-no, siempre me quedará la elección de la masturbación...

1 Comentário:

Anónimo dijo...

Muy bien! Así me gusta: optimista! ;)

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