sábado, 14 de noviembre de 2009

Cambiando hasta la forma de sentir

Cuando llegas a un nuevo lugar, todo en tu vida se vuelve completamente desconocido. Muchas veces hasta nosotros mismos somos un ser diferente con el que tenemos que aprender a tratar a diario para no volvernos locos.


Cristo Rodríguez


Después de un tiempo pululando por la gran manzana me he dado cuenta de que, al igual que mi exterior, mi interior también se está renovando y está comenzando a vivir sensaciones nuevas nunca antes exploradas.


Aquí he tenido que aprender un montón de cosas nuevas. Esas pequeñas cosas que hacemos cada día sin darnos cuenta, pero que cuando son diferentes se vuelven actitudes totalmente nuevas. No sólo estoy aprendiendo a hablar, de nuevo, sino que he tenido que aprender ha hacer cosas tan simples como “tirar de la cadena” del baño. La mayor parte de los servicios de esta ciudad tienen instalados en su interior un modelo de cagadero que alguna vez tuvo cabida en España. Me refiero a esos que no tienen tanque de agua porque el depósito es la taza misma. Ese tipo de váter en el que cuando cagas la mierda queda flotando peligrosamente cerca de tu culo. Pues bien, en estos extraños inodoros es difícil tirar de la cadena debido a que si no pulsas en la dirección correcta y el debido tiempo no se vacían completamente quedando, de esta forma, un lindo regalito para el siguiente usuario.


La lección del móvil también ha sido importante. ¿Cómo comprar un teléfono de prepago y no morir en el intento? Si bien en España contamos con empresas tan “prolíficas” como The Phone House, en la cual puedes comprar cualquier terminal con contrato o prepago, en la ciudad de los rascacielos no conocen esas moderneces. Aquí sólo algunas tiendas, propias de cada marca T&T o Tmobile, tienen un pack exclusivo de prepago a un precio cerrado.


Cómo saber cuanto pagas por tu comida en un restaurante de comida rápida también es algo que hay que aprender. La mayor parte de los carteles tienen una cifra, ese numerito se refiere al número de calorías que tiene la comida que pretendes pedir y no al precio. Y en otra multitud de ocasiones el precio es uno pero la cantidad que te cobran otra distinta ¿por qué? Pues bien, porque en esta ciudad las taxas no tienen porque aparecer en el precio referido. Locuras de la capital capitalista por excelencia.


Pues bien, en medio de esta maraña de novedades, los sentimientos tampoco podían estarse tranquilos. Por lo menos los míos. Nuevos conocidos, nuevos amigos, nuevos sex-amigos, nuevos compañeros y por supuesto nuevos amoríos. Todo eso y más es lo que me depara esta ciudad. Yo, al igual que la letra de una canción interpretada por la chilena Myriam Hernández (y seguro que por una legión más de melancolicantantes), entre dos hombres vivo dividido. Mi vida entera ha sido así y no creo que vaya a cambiar ahora a estas alturas. Siempre ando con más de un romance a la vez y así me va… Entre todas estas novedades se han cruzado en mi vida un negro, que parece sacado de una película X, y un neoyorquino, con padres italianos, que lo único que tiene de especial es una linda sonrisa. En cualquier otro momento de mi vida estaría hecho un completo lío, pero como todo es nuevo ahora pues no me planteo nada y sólo vivo y disfruto la situación y punto. Así de nuevo me estoy volviendo. Sin absurdos sentimientos de culpabilidad y sin cumplir promesas que aún no han sido efectuadas. De esta forma, cual Meredith Grey, ando por la ciudad teniendo citas con uno y otro. No en un ejercicio de comparación sino simplemente dejándome llevar por las nuevas situaciones que me ofrece esta ciudad.


Aunque lo nuevo siempre acaba pareciéndose a lo antiguo. Por eso en algún momento esta situación tenga que tomar un rumbo conocido y deba decantarme por uno u otro candidato (o conocer uno nuevo y olvidar a los dos) debido a que, a pesar de lo grande que es esta ciudad, tan sólo 15 calles separan a mis dos amantes. Y yo, como no podía ser de otra manera, me encuentro entre ambos. Una situación metafóricamente graciosa, sin duda. Otra posibilidad, sin duda, es disfrutar a duo, o mejor dicho a trío, de mis dos amantes. Eso si que sería habrirse a una nueva forma de ver y entender las relaciones. ¿No?

5 Comentários:

Ángela Paloma dijo...

Mi querido Cristo,

Iré por esos lares en marzo... Intenta no asustarme con lo que me vaya a encontrar!!

Un abrazo fuerte compañero

helena dijo...

Yo me apunto a que aparezca uno nuevo... cuerpos y sonrisas no te llevan al pisado de Carrie en Manhattan!!!!! Piensa en tus amigas!

Leticia Martínez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Leticia Martínez dijo...

Estoy totalemnte de acuerdo contigo Helena, siempre uno nuevo... (Cristo, aquí en España intentaremos hacer lo mismo xD)Pero disfruta mientras puedas también de esta situación...

ISENZIA dijo...

Uno nuevo, y que sea como chuck Bass por favor!

Rebe

Niveles

Followers

LUJURIA © 2008. Template by Dicas Blogger.

TOPO