martes, 7 de agosto de 2012

De cuando el sexo era por placer...


Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que practicar sexo era una búsqueda de placer constante. Luego esa búsqueda se enturbió con la llegada del amor y con la perdida de el. Después del amor llega el momento del desfase sexual, lo único que uno necesita es sentirse “querido” de nuevo, pero esa etapa pasa rápido y más rápido aún cuanto más mayor es uno.  Tras esta fase se entra en la normalidad y se vuelve a disfrutar del sexo, pero, por desgracia, esto no ocurre en todos los cosas ni con todas las personas.

Por Cristo Rodríguez

Llevo mucho tiempo sin escribir, lo sé. He estado, aún sigo estando, muy ocupado conociendo las diversas oportunidades sexuales que ofrece esta ciudad. También estoy enfrascado en la búsqueda de trabajo, que todo no puede ser follar, comer, dormir y disfrutar. Pues en el transcurso de este tiempo, que ha pasado desde que no escribo, he conocido/descubierto a varias personas. Algunas de ellas me han gustado más otras menos y viceversa. El caso es que hay uno de ellos a los que yo le he gustado un poco más de lo debido, en el terreno sexual me refiero, y, por lo tanto, no para de requerir mis servicios a través de mensajes de texto, llamadas y diversas páginas de contactos masculinas.

Cuando hablamos todo se sumerge en sexo, de él emanan solamente comentarios sexuales, habla sobre mi entrando en él, habla sobre cuanto me necesita dentro, de cuanto le gusta mi pene, de las cosas que haremos y desharemos… Eso no esta mal sino fuera por que esta persona en cuestión, llamémosle “O”, necesita tener mucho sexo porque está siempre caliente, se masturbarse varias veces al día, su record está en siete y subiendo. Algo que yo no puedo, en mi situación actual de treintañero sin una estabilidad ni física ni psíquica, satisfacer. Con lo cual mi nivel de agobio es, quizá, entendible.

Cuando quedamos tengo la sensación de que tengo que dar la talla, debo estar a la altura que un onanírico empedernido merece. Y esto hace que el sexo para mi no sea ni placentero ni divertido ni nada (mi cara se entristece). Entre otras cosas.

“O” tiene la necesidad de tenerme dentro de su cuerpo. Eso quiere decir que EL quiere tenerme dentro de su cuerpo, con lo cual es EL quien quiere manejar toda la situación algo que para mi no es muy placentero, normalmente. “O” me tumba sobre la cama, me succiona un rato, me coloca un condón y se introduce mi pene sin miramientos. Así, como si yo no fuera más que un muñeco, o peor, un dildo, que el utiliza para su placer personal ¡¿Y qué pasa conmigo?!

Pues eso, ¿qué pasa conmigo?, pues yo sigo quedando con él y dándole el placer que puedo y, a su vez, procuro obtener el máximo placer posible. Pero el esfuerzo es sobrehumano y, a veces, arrancarle un trozo de placer a la bestia onanírica y engullona no es tarea fácil. Ahí es cuando me acuardo de que el sexo solía ser placentero.

Ahora estamos en el punto en el que él procura quedar conmigo y yo me busco alguna mala excusa para no quedar con él. Mis esfuerzos no se ven muy recompensados porque él tiene tantas ganas de mí que siempre encuentra el momento para verme y poseerse conmigo. Y a mi me faltan las escusas de vez en cuando…

Por  mi parte no se cual puede ser la solución, bueno sí, sólo se me ocurre que él encuentre otra pieza de caza mejor que yo y que me deje un poco de lado. Lo de terminar con esta “relación” no es  fácil, ya lo he intentado. Dos veces. Y no ha dado resultado. La primera, como suponía que él quería tener una relación seria, le dije que no sentía ni sentiría nada por él y que lo mejor era que no nos viésemos más. Su respuesta fue que no importaba, que mientras que tuviéramos sexo le parecía todo bien. En la segunda intenté por todos los medios encontrarle una pareja que casara con él mejor que yo. Su respuesta no fue mucho más positiva, ninguno le gustaba, con mi insistencia tan sólo conseguí que se abriese un perfil en otra página de contactos.

Por suerte, y a través de ese nuevo perfil, mi adicto amigo tiene una cita esta semana. Sólo me queda cruzar los dedos y encender una vela, cosa que no hago ni por mi, para que esta cita de “O” sea perfecta, se enamore, se case y tenga muchos hijos-perros-gatos-casas-tvdeplasma-mueblesdeikea-etc-etc con un pene más bonito, grande y perfecto que el mío.

P.D. Si leéis estos encended también una vela. Gracias.

2 Comentários:

Marta dijo...

Josús... te veo entretenido, eh?? Mándalo a freír espárragos si te cansa y te agobia :) Un besilloooo

ilolo dijo...

Jajajajaja Que paciencia tienes!! Anda y que le den morcilla! Yo ya la he puesto!

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